lunes, 27 de abril de 2009

Mitos y leyendas

Mitos y leyendas de Valparaíso.

"La ojota del diablo".

A la vera del camino que va hacia "el bajo de Granizo", en dirección a la Mina "La Opositora", existe una piedra donde está grabada la "Ojota del Diablo".

Se cuenta que, desde hacía muchos años, el Diablo se había posesionado de todo el lugar que, por entonces, era casi un despoblado con una ranchita por aquí y otra por allá, sin calles, sin luz eléctrica, cubierta de matorrales y bosquecillos.

E1 Demonio hacía de las suyas. A1 crepúsculo, toda la comarca le pertenecía. Ningún indígena o campesino se aventuraba por lo senderillos que recién se trazaban y que eran totalmente borrados por las sombras.

Muchas eran las apariciones que el Malulo realizaba por ese entonces. Empujaba, asustaba y desbarrancaba a los caminantes o despertaba a la pequeña población con ensordecedores ruidos. Tal temor provocaba en los campesinos que junto con encenderse los primeros cirios elevaban también las primeras oraciones al cielo pidiendo protección contra el malvado.

Se dice que para engañar a la incipiente población, el Diablo, se disfrazaba de huaso pobre y calzaba rústicas ojotas de cuero.

En cierta ocasión acompañó a un retrasado agricultor extraviado quien se alegró mucho del encuentro pues creía que juntos eludirían al infernal personaje. De pronto, se hizo tan de noche que apenas podían avanzar entre los matorrales. E1 Diablo se mostraba muy locuaz tratando de despistar a su nueva víctima, pero, como bien se asegura que "por la boca muere el pez", el agricultor que escuchaba atentamente al demonio, observó que al hablar mostraba una reluciente dentadura de oro y que su lengua se encendía como una roja brasa. Asombrado, pero sin maliciar con quien hablaba, exclamó: "Ave María purísima, los dientecitos que se gasta su merced"...

No había terminado su exclamación cuando el Demonio dio descomunal salto cayendo sobre una piedra que había a la vera del camino ,la que a su contacto chirrió como aceite hirviendo y cual si fuese un trampolín lanzó lejos, muy lejos al infernal acompañante.

El agricultor vio, atónito, cómo la "Ojota del Diablo" quedaba pegada en la piedra, aún ígnea, despidiendo lucecitas amarillas, azules y rojas y exhalando un fuerte y desagradable olor a azufre.

Desde entonces existe a la vera del camino que va " hacia el bajo de Granizo", en dirección a la Mina "La Opositora", una piedra que ostenta la huella de la descomunal "Ojota del Diablo".

Del libro "Leyendas y tradiciones de la Región de Valparaíso", por Alfonso Larrahona Kästen.